REFLEXIONES A PARTIR DE LA TAREA: Haciéndonos
cargo del encargo
Op. Psicología Social Lilian Toledo y
Socioanalista Fabián Vilas
“Y para eso hay que inventar un nuevo
aire,
unos pulmones más fervientes
y un pensamiento que pueda respirarse.
“
Roberto Juarroz
Un desafío se nos
presenta actualmente, para quienes trabajamos como Operadores Sociales en las diferentes
tramas vinculares (grupos, colectivos, equipos, organizaciones), a partir de
la modalidad de aplicación de las políticas sociales en el Uruguay. Este
desafío se nos presenta ante la oportunidad que nos ofrecen las solicitudes de acompañamiento
que vienen desde los coordinadores de equipos,
pertenecientes a las organizaciones tercerizadas ejecutoras de dichas políticas,
pero que a su vez forman parte de la propuesta que aprueba el nivel
organizacional que opera como contratante del servicio
(es decir, la Dirección Ministerial
correspondiente.*https://ladiaria.com.uy/articulo/2013/9/al-centro-y-adentro/
A su vez´- y quizás
paradójicamente- estas solicitudes de
acompañamiento fueron incorporadas en los llamados a presentar propuestas, como
resultado de una reivindicación solicitada por muchos equipos ante dicha
organización contratante.
Cuidar a los que cuidan es la expresión
generalizada (o burocratizada) y refiere en general, a la necesidad de atender
algunos malestares registrados en los equipos de las O.S.C. (Organizaciones de
la Sociedad Civil) ejecutoras, que se hipotetiza dificultan la operatividad de su funcionamiento o perjudican la
salud integral de los integrantes de dichos equipos.
Esta formulación intenta
abarcar el desarrollo de una práctica de acompañamiento específica, a la vez que
devela una determinada lectura de los signos que emergen en ese andar de los
equipos en la tarea. Explicitar esa
lectura y sus posibles alternativas es a lo que trataremos de abocarnos en
estas líneas, explicitación sin duda parcial e implicada.
Cuando nos proponemos destejer los
diversos hilos que sostienen ese tramo de la urdimbre social y aplicamos
- desde nuestro oficio- una escucha
múltiple a estos signos, se nos hace posible pensar varios aspectos que
interactúan en dichos equipos de profesionales
que expresan -a través de la voz de su coordinador/a- necesitar (¿o
deber?) ser cuidados.
Comencemos por
los mismos términos “cuidar “o “ser cuidado”: estos remiten a la necesidad de
estar atentos a lo que puede o podría originar un malestar o un dolor, un
problema, una tensión extrema. Cuidarse implica también; desde un saber
popular; un “curarse en salud”, esto es, anticiparse a la posibilidad de un ataque
(sea interno o externo).
Estos ataques fantaseados, generalmente se depositan en
distintas situaciones que anuncien una posibilidad de cambio: los perfiles de los destinatarios, las otras
organizaciones que compiten con la atención a la misma población, el organismo
jerárquico que supervisa y controla, el contexto social y su devenir, los
integrantes del propio equipo, su dinámica y funcionamiento, el salario percibido,
etc.
Un Existente* con estas cualidades se constata a
través de una ansiedad paranoide predominante en el clima del equipo, que en
muchos de los casos genera parálisis e instalación de estereotipos en los roles
y conductas en general, con estos existentes la mayoría de los equipos llegan a
quedar clivados, sin poder satisfacer el pedido de ser cuidados, al no poder
dejarse cuidar por la vivencia persecutoria.
También podemos interrogarnos acerca del para qué del cuidado, y podríamos
respondernos que se hace para aliviar el
malestar, pero como la demanda suele estar interceptada por una búsqueda de respuestas rápidas que se suma también a la necesidad de
aprobación, en la medida que no puede
eludirse la vinculación laboral, nos queda la sospecha de una búsqueda -por
parte de la organización- de un mejor rendimiento del trabajo asignado, una
mayor eficacia en la intervención y por lo tanto, del destino de los recursos
asignados.
Si nos quedáramos con una traducción no problematizada
de este mensaje, las intervenciones en los equipos también podrían significarse
como una suerte de oasis en el desierto; por momentos necesarios, pero no
suficientes, según nuestro horizonte de tarea.
Nos ha resultado más operativo entender al malestar
como un signo no consciente que asumimos como un hilo de Ariadna, a partir de
cuyas formulaciones se van dibujando ante nuestra mirada algunos puntos de
urgencia, seguramente no todos producidos en este nivel de la trama, algunos
abordables igualmente, muchos pensables y
aprehensibles. En ese tránsito será la comprensión y aprendizaje de esta
circunstancia la que va generando las condiciones del cuidado de quienes
cuidan.
Este aprendizaje requiere de un trabajo sostenido (en
el sentido de reelaboración, transformación) desde una serie de tensiones que
se dan entre lo individual y lo colectivo; lo grupal y lo organizacional; lo
vocacional y lo laboral, entre otras.
Cuidar a los que cuidan puede ser una formulación
paralizante, si sólo acallamos los malestares, proponiendo un “alivio” que no
deconstruya los signos de ese estar padeciente para convertirlos, mediante el
diálogo de saberes, en una comprensión acerca de lo que acontece en la tarea.
Estamos seguros
que ningún equipo funciona” bien”: los equipos van siendo tramas que sostienen
tareas, mientras van traduciendo los encargos en propuestas o enunciaciones
propias.
Nos parece
operativo pensar en la dimensión de producción de subjetividades que permite la
implementación de las políticas sociales, sobre todo para no reproducir tutelajes,
a causa de una implicación nuestra no reflexionada y por tanto, no
“deconstruída”.
Si no fuera así, los equipos que se disponen a generar
condiciones de cuidado y promoción de otros sujetos, culminan constituyendo colectivos
vulnerables ante la masividad de las necesidades que se les plantean. Por ello
proponemos que su única prevención (o estrategia) posible es el establecimiento
de relaciones internas basadas tanto en
la pertinencia, como en la cooperación, la confianza y la
comunicación*.
Es de señalar que
se realiza el trabajo de estos equipos (sean
de los llamados Refugios, Hogares , etc) en el núcleo de la vida
cotidiana, justo allí donde los
mecanismos de naturalización funcionan más intensamente para todos los enlazados
en esa acción, por ello es una cuestión tanto de metodología como de ética,
instalar en el dispositivo de tarea un encuadre específico para permitir la
“desnaturalización” de nuestro hacer, pensar y sentir ; como responsabilidad del equipo en su conjunto.
El cruce de
paradigmas entre heteronomía y autonomía, que suelen instalarse entre la
organización jerárquica que realiza los llamados a licitación y los equipos que
las ejecutan, desata contradicciones que si no son expresadas se alojan al interior
de esos equipos; en los cuerpos y personas de sus integrantes y en las personas
a las que se acompaña, originando mal/estares y sin lograr avanzar en ese
proceso de cambio enunciado en los programas.
Así también se fucionaliza
ese vínculo, muchas veces reproduciendo el estigma social, resignando las
fuerzas instituyentes, acallando los emergentes de posibles cambios concretos,
y quizás es precisamente este proceso de institucionalización o estereotipia,
el que descuida a los equipos, a las
organizaciones y fundamentalmente a los usuarios o destinatarios finales.
Por eso el Encargo
que llega con las mejores intenciones, desde las propuestas que llevan adelante
los equipos necesita ser de construido, reapropiado por los participantes de
cada tarea concreta ,en el recogimiento de una trama que se irá llamando
Equipo, en tanto pueda generar las condiciones para
que se sostengan y contengan los permisos necesarios para la queja, el reclamo,
la catarsis- desazón, la proyección, y luego, la deconstrucción y
resignificación de aquel encargo para
que devenga en este objetivo de tarea.
Para ello hay que inventar un nuevo aire, en un
espacio de reapropiación de la tarea, cuidando y cuidándose de la estereotipia
y del resecamiento de la misma.
Albergar un
encargo y desarmarlo, para traducido,
conservarlo como
parte del objetivo, es el mayor cuidado que podemos ofrecer a los equipos.
Glosario:
Ansiedad básica: “Miedo o ansiedad que se genera en las personas frente a todo
intento de adaptación al medio. Pichon
Rivière, basándose en las ideas de Melanie Klein, ha identificado
fundamentalmente dos tipos de ansiedad básica: el miedo a la pérdida y el miedo
al ataque, y frente a las cuales se instrumentarán medidas defensivas.”
https://psicuagtab.files.wordpress.com/2012/06/diccionario-en-psicologc3ada-social.pdf
Encargo: “1. Encargo / Demanda. Toda
práctica del AO (análisis organizacional) se enfrenta con la contradicción que
existe entre satisfacer el encargo de la persona o grupo gestor que se pone en
contacto con el (los) analista (s), y propiciar, previo a toda otra operación,
la inclusión de las necesidades del resto de los miembros de la organización.
En realidad, el análisis institucional instituye a la transformación del
encargo en demanda en uno de los momentos básicos de su operación (Lapassade y
Lourau, 1971). Quiero señalar aquí que entiendo esta transformación
dialécticamente, dado que las necesidades que expresa el encargo del grupo
gestor suelen tener pretensión de universalidad, en tanto que la inclusión de
los puntos de vista del resto de los miembros de la organización necesariamente
conduce al momento de la particularidad. Más aún. El encargo es muchas veces la
expresión del poder instituido en la organización, y a través del mismo, existe
la intencionalidad implícita o explícita de poner al analista "en
cargo" de la preservación de tal poder. En estos términos, la construcción
de la demanda incluye la consideración de las fuerzas instituyentes que se
oponen a dicho poder instituido. La tensión entre la satisfacción del encargo o
de la demanda es entonces una expresión de la relación dialéctica instituido /
instituyente en la organización.”
Schvarstein, L.; 2002, Consideraciones preliminares para
pensar la práctica del análisis organizacional en contextos específicos (1);
POIESIS, REVISTA DIGITAL, 2002
Existente: Pïchon Riviére expresa esta situación
indicando que “el existente tiene una estructura, una forma, una configuración,
es una Gestalt… y no sólo el existente es una Gestalt, sino que también lo es
el emergente, que resulta luego de la interpretación adecuada.
“https://psicuagtab.files.wordpress.com/2012/06/diccionario-en-psicologc3ada-social.pdf
Implicación: “La Implicación institucional, el
interviniente es analizador y analista a la vez, no puede ser neutral ni
objetivo, sino que está implicado en el campo que analiza e interviene. Loureau
propone el término de sobre implicación para designar aquella desviación del
concepto de implicación. La implicación es un nudo de relaciones, no es ni
buena ni mala. La sobre implicación es la ideología normativa del sobre trabajo,
de la necesidad de implicarse. Es una implicación que va un poco más allá,
(tiene q ver con la no conciencia de hasta qué punto las personas son
explotadas -desde el punto de vista de un empleado-) por ej: para un empleado,
ponerse la camiseta está de más.”
Vectores del Cono: “Cada una de las categorías que describen los fenómenos grupales, y mediante las cuales es posible evaluar su funcionamiento. Los vectores son seis: pertenencia, cooperación, pertinencia, comunicación, aprendizaje y telé. Concepto. - Indica Pichon Rivière que "la constatación sistemática y reiterada de ciertos fenómenos grupales, que se presentan en cada sesión, nos ha permitido construir una escala de evaluación básica, a través de la clasificación de modelos de conducta grupal". Esta escala o categorización de los fenómenos grupales está constituida por seis vectores.” https://psicuagtab.files.wordpress.com/2012/06/diccionario-en-psicologc3ada-social.pdf
Vectores del Cono: “Cada una de las categorías que describen los fenómenos grupales, y mediante las cuales es posible evaluar su funcionamiento. Los vectores son seis: pertenencia, cooperación, pertinencia, comunicación, aprendizaje y telé. Concepto. - Indica Pichon Rivière que "la constatación sistemática y reiterada de ciertos fenómenos grupales, que se presentan en cada sesión, nos ha permitido construir una escala de evaluación básica, a través de la clasificación de modelos de conducta grupal". Esta escala o categorización de los fenómenos grupales está constituida por seis vectores.” https://psicuagtab.files.wordpress.com/2012/06/diccionario-en-psicologc3ada-social.pdf
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